miércoles, 30 de septiembre de 2009

La educación en Finlandia.

Si comparamos la educación finlandesa con la argentina, que bajo mi punto de vista, la están tirando abajo desde los 90. Se pueden notar cambios de que los alumnos finlandeses van al colegio para estudiar, educarse, formarse y luego recibirse de algo o quizás tener algún trabajo, cabe destacar que en ese país no existen pobres, por eso el estado del bienestar social. En Argentina, algunos alumnos solo concurren al colegio para que les den las viandas para comer, como muchas veces se ha dicho que en algunas oportunidades determinadas escuelas argentinas contienen más de lo que su deber principal debería ser, educar. (Más al norte del país, por lo general, aunque no niego que en el conurbano existen localidades muy pobres, ya sea en el conurbano, en el norte del país y en cualquier otra parte). También, la cultura es totalmente distinta, allá existe un respeto mutuo entre los profesores y alumnos, y entre cualquier persona. Si hasta ya es mal visto por los propios alumnos sacar un machete y copiarse, impensable y impronunciable debe ser la corrupción política, puesto que ocupa el ranking 1/190 países rankeados para la corrupción (cuanto más cerca del 1, menos corrupto, de hecho, cuando se llega al puesto diez para abajo, quiere decir que no hay corrupción interna en esos países, y cuanto más lejos, peor… Argentina usurpa el puesto 102 en la tabla). Sin embargo, Finlandia ha sufrido dos masacres estudiantiles en menos de un año de diferencia, eso popularmente se puede explicar al tipo de sociedad que conllevan, por Ej. Alcoholismo, depresión y suicidios. No realmente, y esas dos masacres se debieron al acoso escolar o bulying entre compañeros de la misma escuela. Explica además de que en un aula no puede haber más de 24 alumnos, aunque por lo general en Finlandia no sobrepasan los 20 en adelante. Un profesor gana en lo que serían pesos, 11.600, la diferencia es casi nula entre cualquier puesto de trabajo refiriéndonos a sueldos, puede haber una diferencia de 1000 pesos o 1500, pero más que esos no. Según leí también, no existe el aumento por antigüedad, todos ganan lo mismo cuando entran hasta cuando salen (en el caso de los profesores, al menos sé). En las escuelas finesas, hay una cafetería, donde la comida es gratis, el gobierno regala los libros a los estudiantes, hay 1 notebook cada 2 alumnos, una televisión pantalla plasma en cada aula, muchas plantas, una pecera de 200 litros, lavamanos. También hay clases distendidas, como por ejemplo: baile de salón, teatro, arte digital, peluquería, artes marciales, hockey sobre hielo, esquí de travesía y cocina. Además hay clases de primeros auxilios, carpintería, soldadura o música.
La jornada dura desde las 9 de la mañana hasta las 3 de la tarde. No existen los triples turnos, o sea, turno mañana, tarde y noche, los profesores y maestros por obligación no pueden superar las 21 horas semanales, con un turno ganan 11.600, como ya había explicado, con lo que es mejor porque pueden preparar bien una calse, menos estrés, y más organizadamente.
Ahora quiero escribir algunas cosas de la argentina. Por supuesto que el dinero sobra para hacer eso mismo, obviamente, como la cultura es distinta, se tendrían que aplicar otras ideas (para el sistema educativo), que también pueden ser útiles y creativas, personalmente pienso que la educación es la principal forma de levantar de la ignorancia (y la pobreza) a una sociedad, también es posible solucionar problemas como la corrupción, delincuencia adulta y juvenil, elegir con pensamiento critico u razonamiento a quién votar en elecciones, y no con pérdidas demagógicas o propagandas que lavan cerebros y hacen creer otra realidad, con esto quiero decir, que con la educación se puede diferenciar un discurso serio de un discurso que es populista, falso y corrupto, como la mayoría. Y sobre todo, ser una sociedad educada, culta, respetuosa y civilizada.

sábado, 26 de septiembre de 2009

Introducción de una serie que estoy escribiendo.La serie principalmente trata de que en el año 2019, se produce una gran guerra, de intercambio de bom

La serie principalmente trata de que en el año 2019, se produce una gran guerra, de intercambio de bombas nucleares en todo el mundo, especialmente entre Rusia, Estados Unidos, Irak y Francia. Y la consecuencia es un invierno nuclear, que desestabiliza el clima y a la atmósfera misma creando un clima diario de 30º grados centígrados bajo cero, la población de La Tierra se contrajo a dos millones de personas. Un granjero llamado Ismo, ex-soldado de la OTAN, que vive en Estonia, esta solo en aparentemente, todo el país. Ismo vive solo en su casa, que también es una granja un poco arruinada por las bombas, balas, explosiones y cambios climáticos que trajo la denominada “Gran Guerra”. Su hogar si sitúa en lo que eran unas verdes extensiones de campo, una típica zona rural, que ahora no hay más que tierra con agujeros, cuerpos de soldados, partes de vehículos de guerra y aviones de combate, algún que otro árbol quemado por la temperatura de la bomba lanzada en Tallin, además de no tener hojas por la contaminación. El piso tiene rajaduras provocadas por la sonda de la explosión atómica lanzada en Tallin, que por el momento de la guerra estaba usurpada por tropas rusas, iraquís y del resto de la coalición oriental, ahora no es más que escombros y esta atrapada por una gran capa de radiación. Ismo sufre de estrés post traumático, provocado por la guerra, que se salvó de ser aniquilado por la expansión nuclear metiéndose en el bunker situado en el sótano de su casa. Esta solo y por ende, no tiene a nadie con quien entablar conversación, entonces, la necesidad de su mente de conversar con personas le lleva a crear amigos imaginarios y entablar charlas con objetos inanimados, contándoles su historia de la Gran Guerra, que participó en ella antes de que la bomba sea lanzada a Tallin, donde el luchaba.

sábado, 5 de septiembre de 2009

Pentti Linkola.

PENTTI LINKOLA (1932- )

"¿Qué se puede hacer cuando un barco que transporta cientos de pasajeros naufraga y sólo se dispone de un bote salvavidas? Cuando el bote esté lleno, aquellos que odian la vida tratarán de cargarlo con más gente y acabarán hundiéndolo. Aquellos que aman y respetan la vida tomarán un hacha del barco y cortarán las manos de aquellos que se agarren a los costados del bote."

Con esta afirmación, Pentti Linkola expresa la dura aunque vitalista doctrina con la que se ha dado a conocer, una doctrina que busca restaurar y celebrar el evidente equilibrio que da forma a toda la realidad. En una época que levanta murallas de retórica y acero para mantener al margen la furia de la naturaleza, él las derrumba sin piedad. No porque (como a la sociedad moderna le gustaría que pensases) esté loco o delire, sino porque es uno de los pocos que verdaderamente pretenden proteger la vida.

PRÓLOGO

Pentti Linkola nació el 8 de Diciembre de 1932 en Helsinki, capital de Finlandia. Su padre era profesor de botánica en la Universidad de Helsinki, además de fundador de la Asociación Finlandesa para la Conservación de la Naturaleza. Su profesor de biología en el instituto despertó en él un gran interés por la naturaleza, y comenzó a escribir ensayos sobre ecología y ciencia con gran dedicación. Su primera obra publicada fue un libro sobre pájaros escrito en colaboración con O. Hilden y titulado Suuri Lintukirja ("Gran libro sobre pájaros", 1955). Dieciséis años después publicó su primera obra estrictamente ecológica, "Sueños de un mundo mejor". En esta obra su optimismo respecto a la humanidad comenzó a vacilar, siendo sustituido por la idea de que un cambio completo de mentalidad era necesario para que la naturaleza y la humanidad pudiesen continuar existiendo. A partir de ese momento se distinguió como alguien que cree que la sociedad debe dejar a un lado todos los deseos insignificantes y frívolos del individuo. A lo largo de todos estos años Linkola ha escrito varios libros, dando numerosas conferencias y discursos y desarrollado un modo de vida que él considera ecologicamente sostenible. Es bastante popular en su tierra natal finlandesa, y recibió el premio Eino Leino por sus méritos literarios. Su último libro apareció en 2004 ("Podrá la Vida ganar – ¿Y en qué condiciones?") y actualmente vive retirado como pescador.

IDEAS

Belleza y organización de la Naturaleza

"La relación con la naturaleza es absolutamente esencial en la construcción de la propia visión del mundo"

En los escritos de Linkola hay una indudable admiración por la naturaleza y el orden que ésta manifiesta. En sus relatos sobre viajes a través de vastos bosques o sobre las gélidas mañanas que pasa pescando, se hace patente que ama todo aquello que integra una fuerza tan magnífica. No es una percepción superficial de la naturaleza como la que uno puede encontrar normalmente en el movimiento político-ecológico, ni tampoco como la que muestran las personas comunes. Su amor se cimenta sobre la admiración del gran conjunto en cuya creación participa cada aspecto, lo áspero y brutal junto con lo bello y tranquilo. Para Linkola la naturaleza no es algo a lo que uno mira a través de una ventana, o un lugar al que se puede ir de vacaciones una vez al año. Para él es una entidad que abarca todo, por mucho que las personas decidan ignorar aquello que les rodea.

Linkola habla de la armonía que existe en la naturaleza, un equilibrio que subyace en todo, a menudo de forma sutil. Esta estabilidad actúa a través de muchos mecanismos que aseguran que la población permanezca estable y se adapte a las circunstancias que puedan surgir. Muchas especies disponen de sistemas de autorregulación para controlar el número de nacimientos; esto les ayuda a no caer repetidamente en situaciones desastrosas y padecer hambrunas. Las enfermedades surgen en muchas ocasiones para diezmar poblaciones demasiado densas, asegurando así el equilibrio del ecosistema. Los humanos han sido capaces de evitar este mecanismo infalible por medio del cuidado médico, controles de población limitados y tecnología moderna. Linkola considera que las repercusiones son inevitables, y que cuanto antes nos demos cuenta antes podremos reconducir nuestra actitud y evitar dañarnos a nosotros mismos y al sistema en el que vivimos.

Otro hecho que Linkola enfatiza es que la naturaleza es ajena a la moral típica y la dualidad. A diferencia de los típicos políticos ecologistas de hoy en día, que apelan principalmente a la emoción, Linkola ama tanto la parte despiadada como la parte bondadosa de la naturaleza. No hay mal en el carnívoro que caza, y tampoco en la hambruna o la enfermedad. Son simples sucesos naturales dentro de este sistema. Su existencia asegura que el sistema al completo permanezca estable, así como que la vida misma continúe. Llama a la erradicación de criaturas a las que los humanos han dado oportunidad de reproducirse sin restricciones, lo cual ha dañado el ecosistema circundante. Mientras que los ecologistas y muchos otros miembros de esta sociedad aman a los gatos, Linkola quiere eliminarlos debido a la cantidad de animales que matan sin actuar en ningún momento como un depredador típico. Este tipo de lógica es muy diferente de la del ecologista común, que actúa movido por una compasión simplista y no por el analísis holístico del sistema.

Todos los componentes de este sistema son importantes porque la humanidad como especie, sin importar lo excepcionales que creamos ser, permanece dentro de esta estructura y sigue estando limitada por sus leyes. Todas nuestras acciones producen efectos y deberían valorarse siempre tomando en consideración qué impacto tienen en el conjunto del ecosistema. Sin embargo Linkola señala que este enfoque no se aplica practicamente nunca en la época actual. La gente actúa como si viviese en un mundo aparte, como si pudiese hacer cualquier cosa sin que sus acciones deriven en serias consecuencias. Se hace una distinción imaginaria entre sociedad y naturaleza, donde esta última se sitúa en algún lejano bosque, jungla, océano o montaña, y se considera que no tiene ya nada que ver con nosotros. Sin embargo esta estructura nos provee de la base misma de la vida de la que nosotros somos el resultado; nuestra especie está inevitablemente interconectada con la subsistencia de esta estructura. Linkola propone que reajustemos nuestra visión del mundo de tal manera que afirme el sistema al completo. Existimos en esta realidad, y sin una perspectiva realista de la estructura de la que ésta emana, al final pereceremos.

Problemas de la sociedad moderna

A lo largo de décadas de estudio, Linkola a observado muchos defectos característicos en la estructura de la sociedad moderna. Los ecologistas modernos actuarán normalmente en un área concreta, como por ejemplo los derechos de los animales, el calentamiento global u otro cualquiera de una larga lista. Pero algunos, incluido Linkola, señalan un problema más profundo que se encuentra en la propia mentalidad del ser humano moderno. Como resultado de la entronización del humanismo que comienza con la Ilustración, toda vida humana pasa a ser considerada algo sagrado y que debe ser preservado a toda costa. Miles de millones de personas inundan el planeta y consumen todo lo que pueden, aunque contribuyen muy poco a la sociedad. Abstracciones sin base fuera de nuestra mente (como "libertad" o "progreso") conforman la base de nuestra sociedad, y sirven como justificación para la procreación y devastación sin límites. Miles de especies han sido exterminadas, un desierto de cemento se expande por toda la tierra, y a pesar de ello la gente imagina que comprar productos "ecológicos" solucionará todos nuestros problemas medioambientales. Linkola nos enseña una estructura cruel pero real que no se va a acomodar a nuestra negativa a aceptarla.

Superpoblación y el valor de la vida humana

En el momento presente 7.000 millones de personas habitan este planeta. Se espera que esta cifra aumente hasta 9.000 millones en el año 2050. Esta es una noticia excelente para muchas personas de hoy en día, siendo su razonamiento que cuanta más gente tengamos, más gente habrá disfrutando de la vida y pasándoselo bien. Algunos sugieren incluso que con más población podremos crear grandes obras, mejores que nunca en la historia: mejores libros, tecnología, música, incluso ideas. Si hay más gente, eso querrá decir que podremos hacer más cosas y mejores que nunca antes, ¿no?

Linkola es actualmente uno de los pocos que atacan directamente esta mentalidad, el énfasis en la cantidad y la noción del valor inherente de la vida humana. Distanciándose de la perspectiva utilitaria de la sociedad moderna, afirma que los seres humanos no tienen un claro valor intrínseco de deba ser protegido.

"Me parece casi inconcebible que incluso individuos inteligentes puedan aún, en contra de toda evidencia, creer en el hombre y en la mayoría, chocando una y otra vez con el mismo obstáculo. ¿Cómo puede uno negar incluso en la actual situación que el ser humano es posible sólo cuando otros seres humanos con más visión le imponen disciplina y prohibiciones, le oprimen para impedir que satisfaga sus impulsos destructivos, que se suicide? ¿Cómo puede uno justificar la democracia? No está suficientemente claro que a no ser que el hombre, el mundo occidental, gane en humildad y prudencia, arrasará y rapiñará con seguridad el globo hasta dejarlo en sus huesos, sin importar que pueda reutilizar los productos químicos o cambiar los métodos de producción de energía? ¿Cómo se puede ignorar que si nos aferramos al dominio del hombre sobre la naturaleza y mantenemos el valor que la vida humana tiene en el mundo occidental, esto nos llevará de cabeza al agujero negro de la extinción? ¿Cómo puede alguien estar tan enfermo como para afirmar que toda vida humana tiene el mismo valor y que la humanidad debe regirse por esta moral, sin tomar en consideración los números? Para mí está claro que cada vez que un niño nace, el valor de la vida decrece ligeramente. Me resulta obvio que la moral que rige en estos tiempos de explosión demográfica es completamente diferente a la que se aplicaba cuando el hombre era una especie escasa y noble, en sus comienzos."

Pregunta Linkola por qué exactamente ponemos tanto énfasis en el valor que cada vida humana individual, especialmente por qué se hace así con aquellos individuos que en nada contribuyen e incluso constituyen una carga a nivel social. Vivimos dentro de una estructura que continuamente presenta nuevos conceptos e ideas, y modela y recompensa a aquellos que se adaptan, descartando a los que son defectuosos. Los animales débiles o defectuosos son lo que caen primero en las garras del depredador. Sin embargo, los seres humanos en esta época han tratado de eliminar este mecanismo estructural básico, viviendo dentro de los seguros confines de sus ciudades y preservando toda vida cueste lo que cueste. Las nociones de igualdad llevan en última instancia al sacrificio de la calidad por la cantidad, ya que las sociedades han de operar de acuerdo con el mínimo común denominador.

Linkola argumenta en primer lugar que no habrá futuro para ningún ser humano con los actuales niveles de población. Los recursos de nuestro ecosistema son finitos, y se renuevan a un determinado ritmo que no se puede acelerar. Según nuestra población aumenta tenemos que alimentar, dar cobijo, vestir y ofrecer una existencia con sentido a todas estas nuevas personas. Las sociedades modernas van más allá del nivel básico de consumo, recurriendo a todo tipo de productos para sobreponerse al aburrimiento de sus vidas rutinarias. Nuestras sociedades están construidas sobre ideas que en el fondo no dan ningún sentido a nuestras vidas, así que buscamos llenar ese vacío con todo tipo de productos de entretenimiento.

Nuestro consumo, que además se ve reforzado por ideas poco realistas como "libertad", nos ayuda a distraernos de nuestras vidas sin interés que no nos dan satisfacción en forma alguna. Con grandes cantidades de personas viviendo de acuerdo con estas creencias, se fabrican millones de productos diferentes para satisfacer a todo el mundo, y así los recursos son arrancados de la tierra a un ritmo pasmoso. El paisaje es destripado para obtener sus recursos, y después pavimentado para dejar paso a las ciudades y suburbios en perpetua expansión. Con más gente surge la necesidad de construir casas adicionales e incrementar la producción para compensar la demanda en ascenso. Para cualquier persona que se tome un momento para reflexionar sobre la evolución de su ciudad en los últimos 15-20 años, esta expansión es obvia. Si nos remontamos cien años en el tiempo, la yuxtaposición de ambos medios resulta más que aparente. Lo que una vez fueron bosques y campos ha sido barrido poco a poco según más gente ha venido al mundo. Las ciudades se han expandido sin medida y sus límites se tocan entre sí, copando el paisaje. Linkola relata las experiencias en su tierra natal, Finalandia, la desaparición de la vida salvaje que ha observado a lo largo de sus años de estudio, la destrucción rampante de la naturaleza virgen y lo peor de todo: la actitud de pasividad con que la gente reacciona ante esta situación.

Además, se pregunta, ¿Cuál es el propósito de estirar las cifras de población hasta el máximo? Qué beneficio obtenemos asegurando la supervivencia de todas y cada una de estas personas?

"¿Quién echa de menos a todos aquellos que murieron en la segunda guerra mundial? ¿Quién echa de menos los veinte millones ejecutados por Stalin? ¿Quién echa de menos a los seis millones de judíos de Hitler? Israel está superpoblado; en asia menor la superpoblación provoca luchas por unos pocos metros cuadrados de desierto. Las ciudades de todo el mundo fueron reconstruidas y rellenadas hasta el tope con gente hace tiempo, sus iglesias y monumentos restaurados, para que la lluvia ácida tenga algo que destruir. ¿Quién añora el potencial procreador desperdiciado de aquellos que murieron en la segunda guerra mundial? ¿Necesita el mundo otros cien millones de personas en este momento? ¿Hay escasez de libros, canciones, películas, perros de porcelana, floreros? ¿No es suficiente con mil millones de madres amantes y mil millones de dulces abuelas de cabellos grises?"

Aunque estas declaraciones puedan enfadar a muchos, su mensaje va dirigido hacia la propia continuidad de la vida. Al insistir en que cada vida debe ser salvada independientemente del contexto, hacemos énfasis en la cantidad de vida. Pero semejante planteamiento aleja a la comunidad de la excelencia y la lleva a poner su confianza en los números. Linkola considera que no necesitamos cinco, seis o siete mil millones de personas para dar sentido a nuestra vida y crear una buena comunidad. Debemos por el contrario dejar de preocuparnos por las vidas individuales y adoptar una perspectiva que abarque la ecoestructura al completo.

Progreso

¿Hacia dónde se dirige nuestra sociedad? ¿Cómo fue nuestro comienzo y cómo será nuestro final? Estas cuestiones han sido planteadas a lo largo de los siglos, y ninguna de las respuestas se ha acercado a la teoría confeccionada en la edad moderna. Según ésta, hay una progresión lineal en la calidad de las sociedades, que comienza antes de nuestro tiempo y avanza hacia el futuro. Antes de nosotros existieron personas que habitaban en chozas de barro y que sólo vivían hasta los 30 años; basaban su vida en supersticiones sin sentido y no se lavaban casi nunca. Hoy en día vivimos hasta los 70, disponemos de entretenimientos que requiere poca o ninguna capacidad mental o esfuerzo físico, y no tenemos que preocuparnos de caer víctimas de crueles depredadores o inviernos gélidos. Se citan como argumentos nuestro nivel tecnológico, la esperanza de vida, ausencia de penalidades físicas y la extinción de prácticas culturales que se consideran incivilizadas. Pero Linkola nos reta a pensar si todos estos factores son la mejor forma de medir el valor real de nuestras vidas. ¿Somos felices en nuestros trabajos, entre altas torres de frío metal, enchufados a nuestros ipods escuchando Britney Spears y Green Day? ¿O echamos algo en falta, algo que la "libertad", el "crecimiento" y el "progreso" de nuestra época no pueden proporcionarnos?

"La fe más básica e irracional a la que se aferra la gente es la fe en la tecnología y el crecimiento económico. Sus sacerdotes creen desde que nacen hasta que mueren que la prosperidad material trae gozo y felicidad, a pesar de las innumerables evidencias que uno encuentra en la historia de que son la escasez y el intento de remediar ésta los que hacen que la vida merezca la pena, y de que la prosperidad material sólo engendra desesperación. Estos sacerdotes creen en la tecnología incluso mientras se ahogan con sus máscarás antigás."

La jornada laboral dura hoy más horas que nunca en la historia: normalmente se dedican 40 horas a la semana al trabajo. Estos trabajos generalmente consisten en actividades aburridas y repetitivas, sea auditar cuentas, poner el tornillo A en el agujero B, o convencer a alguien a quien nunca volverás a ver para que compre un nuevo y maravilloso producto lavavajillas. Si uno pregunta a cualquiera de los trabajadores de hoy en día, la mayoría preferirían estar haciendo algo diferente con su tiempo; posiblemente estar con su familia, dedicarse a algo que consideren interesante o quizás incluso crear algo de valor. Sin embargo el "progreso" nos ha llevado a una época en la que todas éstas son cuestiones marginales, y en su lugar realizamos tareas a las que no encontramos demasiado sentido.

Incluso en nuestro tiempo libre la mayoría de la gente se contenta con sentarse y no hacer nada que le llene de verdad, como sentarse en el sofá y ver la tele, o salir los sábados por la noche de copas y emborracharse. Se afirma: "¡Es divertido, todo el mundo lo hace!". Pero, ¿miraremos atrás dentro de veinte años y añoraremos las cervezas que bebimos, los episodios de Friends o las noches entre las luces de neón y la música estruendosa? ¿O serán otras cosas las que recordaremos? Nuestra familia, nuestras creaciones y pensamientos, acciones que se corresponden con nuestros sistemas inherentes de creencias, que son un claro reflejo de una estructura superior.

Linkola desecha la noción de progreso, sugiriendo sin embargo que la llave para acceder al significado y al verdadero disfrute de la vida ha estado aquí desde tiempos ancestrales. Si uno lee los antiguos textos védicos, los Eddas del norte de Europa o el Corán, hay un sentimiento definido de que existe un sentido más allá de modas y caprichos pasajeros. La gente no creía que la vida pudiese ofrecer más satisfacción en el futuro que en el pasado simplemente por virtud del tiempo transcurrido; sabían encontrar una dirección y un sentido observando el sistema en el que existían.

Industrialismo y tecnología

Durante varios cientos de años hemos sido capaces de producir a un ritmo muy superior al de épocas pasadas. Nuestra tecnología se ha ido desarrollando a un ritmo astronómico, lo cual deriva en un gran aumento de producción y rendimiento. Han aparecido las fábricas, los métodos de transporte han cambiado radicalmente y la producción en masa se ha convertido en la norma. Linkola afirma que este cambio drástico es peligroso e innecesario, y que muchos de estos logros deberían ser destruidos.

Muchos se sobresaltarán ante tal declaración. Muchos de los avances en materia médica desaparecerían, también muchos medios de transporte y pasatiempos como las películas o la televisión. Linkola considera, en primer lugar, que ninguna de estas cosas es verdaderamente necesaria, y que además su uso genera en la persona una mentalidad insana que socava su capacidad para percibir la realidad.

"El argumento básico a favor de la tecnología es que ésta hace la existencia más fácil. La hace más y más facil con cada nuevo invento. Más y más fácil. En realidad el hombre ha sido la criatura soberana en este planeta desde la edad de piedra, un ser cuya vida ha sido exageradamente fácil. Desde aquella época el verdadero problema del hombre ha sido la comodidad física, la falta de sentido, la falta de raíces y la frustración." (Linkola, ¿Podrá la vida ganar? ¿Y en qué condiciones?, 2004)

Debido al advenimiento de la industria y la tecnología nos hemos acostumbrado a vivir con mucho menos esfuerzo y sufrimiento que en épocas pasadas. El invierno no puede penetrar facilmente en nuestras cómodas casas, normalmente no nos tenemos que preocupar por la comida, no hay depredadores ni amenazas significativas de enfermedades, no hay lucha. Sin embargo, todas esas fuerzas moldearon a nuestros ancestros y les ayudaron a mejorar y a alcanzar un mayor entendimiento de la naturaleza y de la realidad. En la lucha por sobrevivir a los elementos, en la caza, fueron capaces de verse a sí mismos dentro de una estructura mayor. No hay nada "malo" en el hielo, en el hambre o en la muerte, como muchas personas piensan hoy en día. Debemos utilizar estas situaciones y combatirlas exterior e interiormente para encontrar un sentido a la existencia y crecer. Linkola asegura que el industrialismo y la tecnología nos han alejado de esas fuerzas. Dentro de sus simplistas y a menudo aburridas vidas las personas ponen a menudo la etiqueta de "bueno" a todo aquello que da placer y la de "malo" a todo aquello que produce dolor, y buscan con denuedo lo "bueno" mientras que niegan o destruyen lo "malo". Linkola afirma que esta vida fácil que llevamos sólo sirve para alimentar una visión del mundo confusa y nada realista.

Linkola también critica el industrialismo y la tecnología por el efecto destructivo que tienen sobre la tierra, y añade que esto no puede continuar sin que se produzcan graves consecuencias para nosotros y para el planeta. Nos habla también del bosque de su país natal, Finlandia, de cómo la industria ha cambiado el paisaje finlandés para peor.

"Finlandia, cuya economía forestal es el mayor desastre ecológico en la Europa de la posguerra, tiene el récord en esta última estadística (cantidad de árboles en el bosque restante). Tras la limpieza de los campos que fue llevada a cabo hace siglos, no ha ocurrido un trastorno comparable en todo el continente: los más de 200.000 kilómetros cuadrados de bosque de Finlandia se han convertido en desiertos o, en el mejor de los casos, en campos de de matorrales. La cantidad media de madera en un bosque en estado natural al sur de Laponia en de 400-500 metros cúbicos por hectárea. Algunos años atrás la reserva de madera de nuestro bosque era de 90 metros cúbicos por hectárea de acuerdo con la estimación del Departamento de Investigación Forestal, pero se ha hecho evidente, por ejemplo en los reconocimientos de los bosques, que las estadísticas están infladas en un 10-20% (en las estimaciones que se realizan en las granjas). La cantidad real de madera es de alrededor de 50-70 metros cúbicos por hectárea tras las talas masivas de los últimos años. Exactamente un 10% del volumen de un bosque en estado natural."

Los bosques, que son el hogar de miles de especies y parte esencial del ecosistema, están siendo destruidos. Por todo el mundo industrializado esta destrucción se va haciendo cada vez más evidente. Paisajes antes rebosantes de vegetación son ahora mostruosidades desnudas. Los bosques y las zonas pantanosas que antes funcionaban como esponjas con las fuertes lluvias están ahora asfaltados, por eso abundan las inundaciones en las ciudades de alrededor. Las empresas y negocios madereros suelen alegar que "replantan todos los árboles que cortan", o "nuestras actividades son extremadamente sostenibles", pero aún así esos árboles tardan muchos años en crecer y fortalecerse como los bosques de antaño. Linkola piensa que estas personas tienen como ideal únicamente el dinero, y por tanto sus motivaciones siempre se basarán en éste y no en un enfoque holístico y sostenible.

Algunos dirán que nuestras industrias y tecnologías están cambiando para hacerse respetuosas con el medio ambiente. ¡Mira todo el esfuerzo que se hace para derrotar el calentamiento global, usando todos esos productos y aparatos ecológicos! Pero no, eso no enfrenta la raíz del problema; simplemente ataca los diversos efectos que vemos aparecer a nuestro alrededor. Linkola ataca la típica mentalidad "ecológica" que supone que debemos cambiar lo que compramos, en vez de por qué y cómo compramos. Esta mentalidad se manifiesta a través de varias actividades, todas ellas esclavas de las mismas ideas. Simplemente cambiar lo que compramos o producimos no ataca las causas del problema. Hemos de preguntarnos por qué fabricamos y utilizamos esos productos en su día.

Democracia

Linkola es muy claro en sus opiniones sobre la democracia. Considera que es el peor sistema de gobierno jamás creado. Confía en la mayoría y ésta decide qué es lo mejor para ella, eligiendo a aquellos que le proporcionan "pan y circo" en vez de soluciones viables.

"Un error fundamental y devastador es construir un sistema político sobre el deseo. La sociedad y la vida se han organizo en base a lo que el individuo quiere, no en base a lo que es bueno para él… Así como sólo uno de cada diez mil tiene el talento necesario para ser un ingeniero o un acróbata, sólo unos pocos son capaces de resolver los asuntos de la nación y de la humanidad. Escasas personas pueden percibir las conexiones entre diversos asuntos en un plano global, solucionando las cuestiones clave: cuál fue la causa de cada hecho y adonde llevará cada uno de estos hechos. En esta época y en esta parte del mundo nos aferramos inconscientemente a la democracia y al sistema parlamentario, a pesar de que que son dos de los más estúpidos y desesperados experimentos en la historia de la humanidad… En los países democráticos la destrucción de la naturaleza y la suma de los desastres ecológicos ha roto todos records… Nuestra única esperanza reside en un gobierno fuerte y centralizado que lleva a cabo un control severo e inflexible del individuo."

Linkola afirma que la democracia se basa en la satisfacción del deseo y las necesidades. A la gente le gustaría que el gobierno bajase los impuestos y aumentase el gasto público porque con esto pueden ver inmediatamente los "beneficios". Tienen más dinero para gastar, así que se dan por contentos: votan a aquellos que les satisfacen en este sentido. A pesar de las diferentes ideologías políticas que podamos defender, la cultura política clara y definida que subyace en todas las sociedades occidentales (y cada vez más en otras) se basa en la libertad individual, en la satisfacción y en la felicidad. Tenemos los típicos partidos de derechas y de izquierdas, pero no son más que las dos caras de una misma moneda. Todos están orientados hacia la noción de deseo, que va en detrimento de nuestra existencia a largo plazo y de la existencia del medio ambiente. Linkola señala que la democracia no permite que individuos o partidos contrarios al sistema sean elegidos; las personas que buscan un cambio real son vetadas.

La mayoría de la gente elegirá a alguien que afirme querer "limitar la contaminación" o incrementar el número de coches "ecológicos". Pero, ¿resultaría electa una persona que previniese estos problemas a la fuerza, dañando y ofendiendo al individuo, como Linkola y otros sugieren? Con semejante individuo en el poder, a los ciudadanos no les estaría permitido contruir lo que quisiesen, no se les permitiría comprar todo tipo de productos de entretenimiento y no podrían procrear según su gusto. La democracia y la "libertad" que ésta lleva implícita permiten a la gente hacer lo que quiera excepto violar los tabués por todos conocidos. Se le permite a la gente hacer lo que desea, y al carecer de un líder verdadero que los guíe, muy a menudo deciden hacer aquello que les da satisfacción temporal. Para ser elegidos, los políticos tienen que atender los deseos de la gente, aunque estos sean perniciosos. Deben prometer hacer feliz a todo el mundo, no ofender a nadie y poner parches rápidos a todo aquello que molesta a la gente (coches ecológicos para el calentamiento global, aumentar las sentencias de cárcel para los criminales, restringir el uso de armas para evitar masacres en colegios). Sin embargo Linkola afirma que ninguna de estas medidas soluciona el problema de fondo.

Para Linkola los líderes son aquellos que tienen la capacidad de administrar una comunidad, crear un consenso cultural e instar a todos a colaborar. A menudo tienen que tomar decisiones difíciles que molestarán a algunos, o asegurarse de que algunos no hagan exactamente lo que quieren. No se permitiría contruir un MacDonalds en una zona forestal ya que no hay una necesidad real de ello y derivaría en un gran daño. No se permitiría a la gente procrear a su gusto, pero eso desembocaría en una actitud más sana por parte de la comunidad hacia el medio ambiente del que depende. Si alguien mencionase estas ideas en una sociedad democrática sería inmediatamente etiquetado como fascista o demente y se convertiría en un marginado político y social. Para Linkola estas decisiones, a pesar de ser contrarías a la libertad, son necesarias para que la vida continue. La democracia, sin embargo, no aceptará esta realidad.

SOLUCIONES

Linkola aboga por un cambio masivo en la dirección de la sociedad moderna, un cambio que implica la restricción de libertades, la limitación del crecimiento y del uso de la tecnología, sustituir la democracia por un sistema de liderazgo sólido y una inmensa reducción en las cifras de población. Linkola pretende impedir que las parejas tengan más de un hijo durante un período significativo de tiempo, hasta que la población del planeta se reduzca significativamente. Sugiere también que renunciemos a la mayoría de los aparatos y productos industriales modernos. Además, afirma que necesitamos un liderazgo firme que no se postre ante las necesidades individuales: una dictadura. Muchos no están de acuerdo y afirman que no es necesario llegar tan lejos, que medidas más moderadas como el uso de productos o energías ecológicas solucionarán el problema. Pero en su experiencia de muchos años como biólogo y pescador, Linkola ha llegado a conclusiones que le hacen inclinarse por las medidas antedichas.

Eugenesia y despoblación

"La piedra angular de un proyecto para alcanzar cotas de población mínimas es descartar la libertad de procrear, la más irresponsable de todas las libertades individuales… La procreación se ha de aprobar por medio de un permiso, y cada mujer podrá dar a luz un único hijo, por tantas generaciones como sean necesarias para alcanzar unas cifras de población sostenibles. Además, se ha de ser muy cuidadoso con la calidad de la población. Así, los permisos no se dan a ciertas familias que no cumplen los requisitos genéticos o ecológicos, mientras que familias que sí cumplen sobradamente con estos requisitos obtendrían varias licencias."

Según Linkola el crecimiento desproporcionado de población que se ha vivido en los últimos siglos se ha convertido en la mayor amenaza para la vida. "El mayor enemigo para la vida es el exceso de vida". Afirma que deberíamos reducir nuestra población drásticamente, dando prioridad a los mejores individuos. Esta solución ataca el corazón mismo de la civilización actual y sin duda se encontrará con una fuerte oposición. Los conceptos de igualdad y libertad, contrarios al enfoque del autor, están muy arraigados en nuestro sistema de creencias. Pero este enfoque no nace sino de la lógica y de una profunda conciencia de la realidad. Cada persona de más en este planeta utiliza recursos, y los recursos son finitos. El planeta se regenera a un cierto ritmo y, según el análisis que hacen Linkola y muchos otros autores, nuestro ritmo de consumo de recursos lo supera con creces. Por añadidura, no se obtiene ningún beneficio real del hecho de tener el mayor número de seres humanos posible.

Linkola sugieres que nuestro programa de despoblación debería permitir, en principio, un máximo de un hijo por familia, hasta que se alcancen las cifras adecuadas de población. En ese momento se aumentaría el número máximo de hijos permitidos por pareja a dos, para mantener la población estable. La cifra adecuada a nivel global sería de alrededor de 500 millones de personas, una gran cantidad al tratarse de una criatura que requiere tantos recursos como el ser humano; por otra parte sería una cantidad muy superior a lo que han sido las cifras de población a lo largo de la historia. De esta forma habría suficientes recursos para que los diversos pueblos del planeta se mantuviesen, e incluso las prácticas anti-ecológicas serían insuficientes para destruir el hábitat. La gente podría abortar o utilizar anticonceptivos gratuitamente. Los tabúes sobre estos asuntos serían erradicados.

Por otra parte, Linkola recomienda que intentemos que sean los mejores los que procreen. Aquellos que tuviesen las mejores características serían alentados a procrear, mientras que se limitaría a aquellos de peores rasgos. Tales mecanismos han existido siempre en la propia estructura de la naturaleza; aquellos que se adaptan, sobreviven y crecen son recompensados. Sin embargo los mecanismos del hombre para asegurar este proceso han sido limitados, y la rección de la naturaleza contra las actitudes negativas ha sido a menudo muy lenta en comparación con la duración de nuestras civilizaciones.

"Muchísimas especies tienen mecanismos para autoregular sus nacimientos que les impiden caer constantemente en situaciones de crisis y sufrir hambrunas. En el caso del hombre, sin embargo, esos mecanismos, cuando existen, son débiles e inefectivos: por ejemplo, el infanticidio a pequeña escala practicado en las culturas primitivas. A través de su desarrollo evolutivo la humanidad ha derrotado a las hambrunas. El hombre ha sido un procreador destacado, en esto se ha comportado decididamente como un animal. La humanidad engendra abundantemente tanto cuando vive en condiciones de estrechez como cuando lo hace en condiciones prósperas. Los humanos se reproducen abuntantemente en los tiempos de paz y de forma especialmente abundante en los momentos posteriores a una guerra, debido a un peculiar decreto de la naturaleza"

Linkola busca reintroducir los mecanismos naturales que hasta ahora habíamos conseguido evitar. La eugenesia significa simplemente hacer que estos sistemas vuelvan. Vivimos inmersos en la realidad, y sólo aceptándola, afirmándola y continuando esta existencia podremos sobrevivir.

Restricción en industria y tecnología

La declaración más polémica del autor con respecto a la industria y la tecnología podría ser esta:

"Todo aquello que hemos desarrollado en los últimos 100 años debe ser destruido"

Aunque esto puede parecer bastante extremo, Linkola cree que la mayoría de los inventos de la edad moderna han tenido un impacto negativo en el medio ambiente y en nosotros mismos. Esto se relaciona con sus comentarios sobre la "comodidad" de la vida: la idea de que la tecnología y los productos industriales nos facilitan la existencia. El autor considera que viviendo ese tipo de vidas destruimos muchas cosas, tanto fuera de nosotros mismos como en nuestro interior. Nuestro medio ambiente es arrasado y destruido y nosotros nos vemos abocados a una existencia vacía de significado. Por todas estas razones Linkola considera que nuestra capacidad de producción debería reducirse en gran medida, y nuestras últimas tecnologías deberían ser destruídas o abandonadas.

Los productos industriales se fabricarían con permiso previo, que se expediría en base a una necesidad real. El fabricante tendría que demostrar que su producto es realmente necesario para alguien. Las grandes corporaciones serían propiedad del estado, y se usarían para cosas como la fabricación de vehículos para transporte público o de bicicletas. La gente no estaría continuamente fabricando nuevos productos, ya que existiría una directiva gubernamental que obligaría a crear productos de calidad y duraderos; también se obligaría a reparar los productos estropeados.

Linkola cree que la industria del transporte debería estar muy controlada, con la mayor parte de la población viviendo en áreas locales. Los servicios necesarios se podrían obtener fácilmente andando, en barca, en bicicleta o esquiando. Cesaría el uso de coches privados, constituyendo el transporte público y los camiones la mayor parte del tráfico por carretera. La gran mayoría de las carreteras serían retiradas y su trazado sería reforestado.

Respecto a la energía, se eliminaría casi por completo el uso de electricidad. Se podría usar mínimamente para los medios de comunicación y para iluminación, pero en general desaparecería. La leña sería la fuente primordial de energía; su uso estaría regulado y su eficiencia se desarrollaría inmensamente. La electricidad necesaria se podría obtener del viento; las centrales eléctricas serían destruidas. Linkola aboga también por la eliminación de la energía hidroeléctrica, a la que considera la tercera gran catástrofe ecológica.

La agricultura existiría a una escala mucho menor, prescindiendo completamente de la tecnología. Se abolirían las máquinas y en su lugar se emplearían "métodos ligeros, centrados en el trabajo". Los invernaderos funcionarían durante las estaciones cálidas por medio de la energía solar, y las frutas y los vegetales estarían disponibles sólo durante su época correspondiente. Se enseñaría a cada familía las técnicas básicas de conserva de alimentos, como la vinagreta o el salazón. Globalmente cada país debería ser más que autosuficiente en lo tocante a la producción de comida. Los comestibles se repartirían según la edad, tamaño y tipo de trabajo, pero la recolección y el autocultivo no estarían regulados.

Todos estos métodos nos pueden parecer demasiado estrictos, pero ¿cuánto echaríamos de menos esas comodidades revocadas? Si todo lo que realmente necesitamos está cerca podemos emplear la bicicleta, no necesitamos un coche. ¿Añoraríamos los inanes programas de televisión? Aunque ciertos productos como la comida rápida pueden tener buen sabor, todo el mundo sabe que al final te matan. Hay mucho que degustar en las cosas que podemos encontrar a nuestro alrededor: bellos atardeceres, textos antiguos o nuestras familias. La gente ha vivido de esta manera durante decenas de miles de años, y raramente se volvían indolentes o se suicidaban.

"Además de garantizar su principal objetivo –la preservación de la vida-, el modelo de sociedad formulado nos proveería también, sorprendentemente, con un nivel de vida incomparablemente mejor. ¿Qué cosas maravillosas perderíamos del mundo moderno? Serían: records en las estadísticas de suicidios, prisas, desempleo aquí, estrés en el trabajo allí, temporalidad e inseguridad laboral, alienación, desesperación, montañas de medicamentos psiquiátricos, la decadencia del cuerpo y las enfermedades que surgen del elevado nivel de vida, la increíble arrogancia del individuo, las disputas, la corrupción, el crimen.

¿Qué nos quedaría? Socialización sin prisas, un enorme abanico de arte y aficiones: canto, música, danza, pintura, escultura, libros, juegos, acertijos, espectáculos; una amplia variedad de museos, la posibilidad de estudiar la historia, conocer la propia región, los dialectos, la familia; los millones de especímenes biológicos, las manualidades, la jardinería; aguas limpias, bosques vírgenes, llanuras pantanosas y páramos; las estaciones, los árboles, las flores, los hogares, la privacidad. En definitiva: la vida."

Las medidas que Linkola propone respecto a la industria y la tecnología pueden parecer duras desde el punto de vista del hombre actual, pero reducirían el daño que causamos al medio ambiente y además nos permitirían centrarnos en cosas más importantes.

Dictadura

"Cualquier dictadura sería preferible a la democracia moderna. No puede existir un dictador tan incompetente que cometa más estupideces que una mayoría. La mejor dictadura sería aquella en la que rodasen muchas cabezas y el gobierno impidiese cualquier crecimiento económico"

Linkola considera que la mejor solución a nivel político sería una dictadura. Un líder con poder absoluto no tiene que atender a la opinión popular, ni se ve estorbado por la necesidad de una mayoría parlamentaria. Puede hacer lo que considera adecuado en vez de lo que la gente piensa que quiere. Muchos se opondrían a esto, sin embargo es mucho más fácil encontrar un líder inútil en una democracia que en una dictadura.

Un líder es un individuo que leva a una determinada comunidad a un consenso verdadero, y es además capaz de motivar a esta comunidad. Una persona elegida democráticamente difícilmente puede aportar estas dos cosas, ya que son elegidos por su capacidad para satisfacer los deseos individuales del electorado. En una democracia la gente elige lo que quiere, mientras que en una dictadura es el líder el que decide lo que es mejor. Cuando la gente elige sus líderes, normalmente se deciden por aquel que les satisface a corto plazo, y se olvidan de lo que sería mejor a largo plazo.

Para Linkola los mejores líderes son aquellos que no son esclavos de la aprobación popular sino que hacen lo que es mejor para todo el mundo. Tienden a valorar el conjunto en vez de atacar lo que está inmediatamente delante de su cara. De esta forma no crearán falsos enemigos, sino que enfrentarán los problemas subyacentes que no son inmediatamente visibles para los demás. Este dictador esta dispuesto a tomar medidas duras pero inevitables cuando es necesario, como por ejemplo restringir el número de nacimientos. Los líderes elegidos democráticamente nunca harían tales cosas, ya que supondría su cese inmediato. Un dictador, sin embargo, no está atado por ese tipo de preocupaciones, y entiende que medidas semejantes son imprescindibles para el futuro.

Pentti Linkola: La perspectiva de CORRUPT

En la era actual existe muy a menudo la sensación, muy real, de que estamos destruyéndolo todo a nuestro alrededor. Cuando la hombre occidental corriente mira a través de su ventana, contempla un paisaje desolador. Donde una vez hubo vida fluyendo entre los árboles, las praderas, los ríos y los océanos, ahora hay polución, cemento y basura. Si uno se aleja un poco más, pasadas las ciudades y los suburbios, puede observar como éstos siguen avanzando. En unos pocos años los alrededores serán seguramente otra ciudad más, con gente normal y problemas. Linkola nos pide que nos detengamos y que pensemos verdaderamente adónde se dirige nuestra sociedad.

En primer lugar nos da un argumento para creer que no hay razones para todo este consumismo. Con todos esos productos se nos ha dado una vida que es segura, reclusiva y en gran medida aburrida. Mucha de la satisfacción personal que experimentamos durante nuestra vida es consecuencia de la lucha contra fuerzas exteriores e interiores, sin embargo la modernidad nos ha quitado todo esto. La gente puede ir a trabajar, ver la televisión y comer, pero nunca se ven obligados a luchar como lucharon sus ancestros. Linkola considera que esta orientación hacia la comunidad es fundamentalmente anti-humana y contra natura.

El autor aboga por una restricción masiva de la tecnología y por el abandono de casi todo lo que se ha inventado en los últimos cien años. Esta es una idea cabal en muchos sentidos. En realidad no necesitamos televisiones, productos farmacéuticos o producción en cadena. Sin embargo ciertas tecnologías ofrecen potencialmente algo más que entretenimiento básico o comodidad. Deberíamos tratar de destruir todo aquello que no sirve a ningún propósito, pero valuar algunos aparatos determinados como los ordenadores y posiblemente ciertas máquinas para tareas rutinarias. Todo esto puede ser utilizado de manera inteligente, de forma que no dañe en última instancia al medio ambiente. Muchas de las soluciones políticas que propone Linkola giran en torno al concepto de dictadura, un individuo que dice a los demás qué hacer, prohibiendo todo aquello que considera contrario a las leyes ecológicas. Todo esto es ciertamente cabal, ya que significa confiar en un líder fuerte, que no esta controlado por el gusto de las masas, como en la democracia. Aun así nosotros entendemos que este tipo de gobierno no debe recurrir rigurosamente a normas estrictas o al miedo para asegurarse de que la comunidad permanece estable. Las personas requieren un liderazgo poderoso y autoritario que gobierne fuerte y sólidamente, pero pensamos que esto se puede llevar a cabo por medio del consenso cultural en vez de a través de la coacción y el miedo. Además, estos líderes deberían actuar en su área local, no desde una lejana capital.

Teniendo todo esto en cuenta, podemos utilizar las ideas de Linkola para desarrollar una comunidad que tome conciencia de nuevo de su lugar en la naturaleza, que se enfrente a las dificultades de la vida en vez de negarlas y caer en la autocompasión. Una sociedad que no vea la necesidad de producir en masa todo tipo de cosas que no tienen ningún objetivo excepto el simple entretenimiento o la comodidad. Lo haremos ignorando las locuras pasajeras de la edad moderna y encontrando significado en cosas que son eternas. Así, Linkola nos muestra la grandeza de la naturaleza.

"¿Hay algo bueno aún en las especies que pueblan la biosfera? Aún quedan individuos que llevan a cabo actos de compasión con todo su corazón, en la iglesia, en los hospitales, en la atención social. Hay gente similar en la vida privada, buenos en el más profundo sentido de la palabra, que alegran y animan a toda la comunidad a su alrededor, que no se dejan influenciar por los "caprichos pasajeros del mundo". Todas estas personas buscan la cercanía, dar su amor fraternar. La verdadera grandeza se encuentra en todas estas escasas personas que luchan también por proteger y preservar toda la creación, la parte viva del planeta. Entre la muchedumbre rabiosa y vociferante, entre los frenéticos häkkinens y mäkkinens, aún queda un pequeño grupo de ecologistas que defienden la vida. Algunos tratan de influir en clubs o partidos, otros van por su cuenta. Es milagroso que este pequeño grupo de personas que pueden combinar conocimiento y emoción aún se las arregle para intentar preservar lo que es justo y bueno lo máximo posible, y además sean capaces de ser pacientes entre tantísimo alboroto. Pero estas personas no pueden arreglarlo todo; se agarran a los últimos pedazos de naturaleza aún no violada por el hombre, se aferran a los últimos restos del bosque, intentan retrasar el final, dar un poco de tiempo más a la biosfera, aunque sólo sea un segundo más. Estas personas aún piensan, discuten, escriben, negocian, intentan redactar programas de conservación de la naturaleza que después terminan hechos pedazos por los terratenientes y su ignorante hatajo de bestias. El mayor milagro de este comienzo de milenio es que aún queden protectores; que la fe, la esperanza y el amor aún ardan en su interior."

miércoles, 2 de septiembre de 2009

El manifesto de Pekka-Eric Auvinen, fuente: Corrupt



Pekka-Eric Auvinen (1989-2007)

En una sociedad enferma abundan los subterfugios y los chivos expiatorios. Los medios de comunicación y la censura gubernamental promueven una existencia que niega la vida, controlando a la gente hasta atontarla. Cuando alguien con una visión más noble de lo que podría ser la vida explota, cometiendo un acto "impensable", el público queda conmocionado. De vez en cuando aparece un disidente que comunica su mensaje al mundo. Éste recibe mayor atención, por desgracia, si se expresa a través de acciones extremas. La mayoría evade su parte de responsabilidad dedicándose a las causas que promocionan los medios, como los videojuegos violentos o la locura, evitando así abandonar su estilo de vida "agradable"; sin embargo, cuando el disidente actúa lo hace con todas las consecuencias. Aquellos que se muestran insatisfechos con la modernidad y cuyas mentes son capaces de elevarse por encima de la habitual telebasura pueden llevar a cabo su propósito personal.

Introducción

Pekka-Eric Auvinen fue un estudiante finlandés de 18 años que intentó cambiar las cosas. El 7 de Noviembre de 2007, Pekka-Eric dio muerte a ocho personas en su instituto en Jokela, 50 kilómetros al norte de Helsinki. Se quitó la vida antes de ser capturado (aunque murió finalmente en el hospital). Este suceso no se debió a que tuviese problemas mentales, como los medios de comunicarión querrían hacer creer. Auvinen sacrificó su vida y la de otras personas en un acto violento para comunicar un mensaje desesperadamente urgente: la sociedad moderna es corrupta.



La sociedad falla a los adolescentes brillantes


Sabemos que Pekka-Eric fue un misántropo que admitía ser infeliz. Pero, ¿qué podría llevar a un estudiante a matar a tiros a sus compañeros en su instituto? La depresión entre los adolescentes aumenta de forma continua año tras año. Muchos se deprimen por cuestiones exageradas o triviales (por ejemplo: ¡Oh, Dios mío, mi novia me ha dado la patada y han dejado de publicar mi revista porno preferida!). Pero la verdadera causa subyacente para muchos de los que están a las puertas del mundo adulto es la transición hacia el mundo laboral de una sociedad disfuncional, un mundo en el que cada pueblo/ciudad se parece cada vez más al de al lado, controlado por un gobierno corrupto, empresas transnacionales capitalistas y basado en una cultura consumista.

Desde una edad temprana las mentes de los niños son educadas para la sumisión, especialmente a través de la televisión y el sistema educativo. Muchas personas se dan cuenta más tarde de que la sociedad actual va camino del desastre, pero no son capaces de señalar las causas ya que les resulta casi imposible sustraerse de una mentalidad que adoptaron siendo niños y que forma parte de su ser. A través del dogma igualitario que predican los medios y a través de las leyes que protegen a los estúpidos, mejorando su estatus social y sus derechos hasta igualarlos con los de los demás, los adolescentes cercanos a la madurez son adoctrinados para aceptar esta disfunción y las demenciales connotaciones que subyacen en los conceptos de bien/mal y correcto/incorrecto. Este proceso es bastante antinatural para muchos, y alcanzar la madurez parece consistir en ahogar al niño que llevamos dentro, que grita "esto está j0%&$o", y prepararse para cuatro décadas sentado ante una mesa o una caja registradora. Para los inteligentes/conscientes, la depresión es algo extraño ya que se dan cuenta de que la sociedad no está hecha para ellos. La lógica de la masa no reconoce los síntomas de decadencia y sofocará cualquier voz que presente objecciones: los más inteligentes no son bienvenidos.

Los jóvenes responden principalmente de cuatro formas diferentes durante esta transición, que puede marcar el resto de su vida (o acabar con ella). Lo más común es sustituir los aspectos de la vida moderna que la sociedad les niega con cosas que sientan bien y pueden hacer más agradables los altibajos de una ilusión rota. Los medios que se utilizan y los efectos que conllevan son prácticamente el retrato de la degeneración de la cultura juvenil moderna: borracheras, drogas, sexo y varias formas de entretenimiento moderno (pasatiempos). Otros simplemente arremeten contra aquello que les rodea, en un intento de controlar algo en su vida, una vida que está en su mayor parte en manos de políticos totalitarios. Otros se suicidan. La respuesta menos común a la degeneración es encontrar alternativas realistas y actuar. Auvinen eligió estas dos últimas opciones.



Ideas

Pekka-Eric Auvinen nos dejó un manifiesto que expone sus consideraciones sobre la sociedad moderna y el porqué de sus acciones. En él expresó su odio hacia la sociedad contemporánea y criticó algunos de sus defectos.

"Las modernas democracias occidentales no brindan ni libertad ni justicia; es un sistema totalitario y corrupto. Las leyes se hacen sin contar con la gente, a la que se lava el cerebro para que dé su apoyo al sistema y cuyas vidas están ligadas a las instituciones oficiales desde el mismo momento del nacimiento. Políticos carismáticos y manipuladores que sólo se preocupan por el interés de la mayoría dirigen la sociedad; no basan sus decisiones en la razón sino en las emociones o sentimientos de la masa"

Auvinen declaró la guerra a la democracia y a sus valedores. Se dio cuenta de que los gobiernos modernos son dirigidos por políticos complacientes que simplemente se pliegan a las necesidades de la masa sobreabundante y necia. Pekka-Eric afirmó que el 3% de los humanos es inteligente y el 94% es gente "normal" a los que considera, quizá con justicia, "robots" (el 3% restante serían los "retrasados"). Contrariamente a los presupuestos del igualitarismo (nacido de la moral cristiana) que sustentan las leyes modernas, las personas no nacen iguales. Auvinen identificó el aspecto demencial de esta pretensión basada en la religión ("todos los hombres son iguales a los ojos de Dios") y vio como su aplicación impide a las personas inteligentes acceder a los lugares que les corresponden en la sociedad. Con los demócratas, aduladores de las masas, en el poder, el liderazgo es detentado en la práctica por los caprichos de millones de individualistas "normales". Cuando una mayoría cada vez más estulta elige a los líderes, se confiere poder a aquél que satisface en mayor grado a esta mayoría. A pesar de que a lo largo de la historia las personas comunes, correctamente lideradas, no han supuesto un problema, dadas las circustancias (in)adecuadas pueden convertirse en verdaderos parásitos. Para que una sociedad funcione sus habitantes necesitan un liderazgo fuerte y capaz.

az.

En su manifiesto, Pekka-Eric es particularmente crítico con los intentos por parte del hombre de erradicar la selección natural. "Natural Selector" y "NaturalSelector89" fueron algunos de sus nombres de usuario en internet. Comprendió la importancia de esta función natural y los problemas que han surgido debido a su supresión. Las personas poco inteligentes se reproducen como conejos, más y más rápido que los inteligentes. Auvinen argumenta que no hay nada inherentemente malo en la muerte o en matar; son sucesos naturales y habituales, cuya función es el control de la población: la muerte de los seres inferiores, que posibilita que los seres superiores continuen evolucionando. Desastres naturales, enfermedades, asesinatos; todos estos son mecanismos naturales que mantienen el mundo como un todo orgánico, eliminando a los elementos disfuncionales para que así el sistema no degenere y se colapse bajo la presión de la mediocridad. Pekka-Eric vio que la decadencia continuada de los seres humanos se debe en gran medida a la interrupción de estos procesos naturales y que de hecho la evolución avanza ahora en sentido contrario. Auvinen creía que por medio de la religión, las ideologías "idiocráticas", las leyes y los sistemas de control social, la raza humana está intentando encorsetar a la naturaleza, extirpando del seno de ésta al ser humano. Así, el hombre ha creado un entramado social de base religiosa que niega que el ser humano pertenezca a la naturaleza o que esté sujeto a la voluntad de ésta. Se considera que la naturaleza es el "medio ambiente" que es visto como un recurso (¡¡$$$!!) para la humanidad; también se pueden encontrar amenazas potenciales en este medio ambiente, situación que se resuelve cazando sádicamente hasta llevar a ciertas especies al borde de la extinción y asfaltando la mayor cantidad de terreno posible.

Acción: El impacto de un adolescente


El miércoles 7 de noviembre de 2007, Pekka-Eric se llevó consigo nueve vidas humanas en el instituto de Jokela. Sin duda el público finlandés quedó conmocionado al enterarse; fue el segundo tiroteo en un colegio en la historia de Finlandia (el primero fue en 1989, el año en que Auvinen nació). La policía fue alertada de los sucesos a las 11:44 y llegó a la escena de los hechos diez minutos después; cinco chicos, una chica y la enfermera del colegio estaban muertos. En el aniversario de la revolución bolchevique, Auvinen atravesó su instituto gritando "Revolución": su propia revolución. La directora del colegio fue herida y murió posteriormente en el hospital, siendo la octava víctima mortal. Auvinen intentó quitarse la vida de un tiro (con su pistola semi-automática Sig Sauer Mosquito calibre 22) en la cabeza, y murió más tarde en el hospital. Hubo otros diez heridos, aunque sólo uno de ellos sufrió herida de bala, el resto se hirieron al escapar del edificio.

Si analizamos la sociedad actual y el manifiesto de Auvinen, es entendible hasta cierto punto que cometiese estos actos terribles. Pekka-Eric Auvinen estaba asqueado con la humanidad moderna y tenía un mensaje para aquellos que quisiesen escuchar que para él merecía la pena, hasta el punto de sacrificarse a sí mismo y a otros. Millones de personas tomaron conciencia de los actos de este joven de 18 años, que llegaron a un extremo poco común. Se informó del incidente en internet y en televisión a lo largo y ancho del mundo. Para aquellos que se nieguen a escuchar sus palabras, este tipo de incidentes por sí mismos, despojados de sus causas socio-políticas, son difíciles de ignorar. Desde 1996 ha habido 51 tiroteos en colegios por todo el mundo. Un signo seguro de que la sociedad está enferma.



Pekka-Eric Auvinen - La perspectiva de CORRUPT sobre el tiroteo de Jokela


La gloria del mundo real pertenece a aquellos mentalmente fuertes que eligen elevarse sobre la mediocridad y actuar. Algunos querrían considerar el tiroteo del instituto de Jokela como el acto de un fatalista deprimido que se lleva consigo a unos cuantos más en una matanza misantrópica. La cita al final de este artículo muestra una realidad muy diferente. Puede que Auvinen estuviese lleno de odio contra la humanidad, pero el único objeto de su odio era la "estúpida" mayoría moderna, lo cual es bastante entendible. Es imposible negar los otros factores concomitantes en este tiroteo despiadado, como la ira, el odio y los impulsos suicidas. Su infelicidad nacía de sus meditaciones sobre la sociedad y sobre la vida misma, de sus vagabundeos por el existencialismo. Parece que no pudo soportar más esta existencia terrena después de llegar a saber lo que supo; así, a través de su filosofía aparentemente ajena al idealismo, cayó víctima del fatalismo hasta cierto punto. Esto le llevo en última instancia a la muerte. Hay gente que podrá criticar a Pekka-Eric por esto, aunque teniendo en cuenta su edad, la situación actual del mundo y la manera en que se quitó la vida, creemos que podemos perdonar los antedichos defectos.

Auvinen buscó lograr un objetivo con su muerte, lo cual difícilmente puede ser considerado fatalista. En vez de dejarse vencer por el egoísmo y la amargura y cortarse las venas, Pekka-Eric Auvinen se sacrificó a sí mismo y a otras ocho personas para lanzar un mensaje. Las personas que sacrifican su vida sin miedo por una causa elevada se reconocen como parte de un todo; si este todo no funciona correctamente ellos entran en acción. Esto es la muerte del ego, el triunfo de un espíritu enérgico que reconoce la vida como un proceso orgánico continuo. Aunque en CORRUPT no glorificamos, promocionamos ni abogamos por los tiroteos en colegios en modo alguno, tampoco los condenamos, ya que reconocemos la causa y el objetivo que subyacen en tales acciones. CORRUPT quiere promover las ideas de Pekka-Eric Auvinen para dar una utilidad a este trágico evento y colaborar para que cumpla su función, honrando así a las nueve víctimas que perdieron sus vidas. Ignorar el mensaje de Auvinen significaría que esas nueve personas habrían muerto en vano.



Si queremos vivir en mundo diferente debemos actuar. Debemos levantarnos contra los regímenes manipuladores, corruptos y totalitarios y derrocar a los tiranos, a los mafiosos y a la propia idiocracia. Yo no puedo cambiar mucho por mí mismo, pero con un poco de suerte mis actos inspirarán a las personas inteligentes del mundo, que comenzarán algún tipo de revolución contra el sistema actual... Estoy listo para morir por una causa que sé que es correcta, justa y verdadera... incluso si perdiese o el combate fuese sólo recordado como algo malo... Prefiero luchar y morir antes que vivir una vida larga e infeliz"

Mi primer posteo.

Hola, me llamo Leandro, masculino de Argentina. Este es mi primer posteo aqui, en este tipo de páginas de Internet, que justamente no creo que prospere, pero no lo hago para obtener fama ni cosas de esas, simplemente para pasar el rato, como un hobby.

Mis intereses son: Jugar en la PC o ps2, participar en un foro, leer, escribir, dibujar, pintar, tirarme en la cama mirando el techo, mirar series de TV, pensar, pintar, escuchar música, mirar videos en YouTube de Pekka-Eric Auvinen, Matti Juhani Saari, admirar la península escandinava, en especial Finlandia y su grandioso sistema educativo y social, no soy un dogmático, pero lo admiro mucho, mirar (pero no opinar) en posteos de política, todos creen tener la razón y no escuchan al prójimo. Me interesan las competencias estadísticas entre países, ya sea los del Índice de Desarrollo Humano, Índice de Educación (que, tristemente, nos ubicamos en el puesto 35 de aproximadamente 170 países o más), pensar posibles soluciones a los problemas sociales, a veces suelo hacerme utopías, pero al enterarme de que son falacias, me deprimo, sabiendo que vivo en un país como este, y que reconozco ser infeliz, soy un solitario, no tengo amigos, nunca tuve novia, y fui victima de Bullying en el colegio, o más conocido “Acoso escolar”. Pero en eso no se basa mi infelicidad, mi amargura se basa en las situaciones sociales del país en el que vivo, que todos intentan cubrir de alguna manera las cifras de la pobreza en ves de ayudarlos y educarlos bajo un sistema educativo progresista, u otra palabra, luego le dedicaré más tiempo a esta manifestación justa y verdadera. Me gusta mucho la geografía de historia, o historias de países (preferiblemente europeos), estudiar las guerras, revoluciones contra los sistemas autoritarios y totalitarios, la época de la guerra fría y el nazismo en Alemania Nazi, o simplemente Alemania. Como me gusta estudiar la Alemania Nazi, me gusta estudiar la URSS, la Unión Europea y Estados Unidos. Me gusta estar en la computadora, reconozco que pasó mucho tiempo en ella, también me gusta pasear al aire libre solo y al mismo tiempo pensar, o en otras palabras, amargarme LOL, en serio, me gusta, y creo que prefiero amargarme antes de estar sucumbido bajo la presión de la mediocridad que hay en este país, que yo creo, que vive de ilusionarse, y se esperanzan por algo que quizás nunca pase, en ves de ilusionarse y esperar, deberían empezar a cambiar las cosas, levantarse de la silla en que estén sentados y luchar contra las mafias estatales, los regimenes estatales autoritarios y totalitarios, yo se que no puedo cambiar mucho por mi mismo, pero mis futuros actos inspiraran a la gente inteligente de Argentina y del mundo, iniciando como una revolución contra el sistema. Bueno, he terminado por aquí, ahora me dedicaré a escribir otra cosa.

La música que yo suelo escuchar es: Nine Inch Nails, KMFDM, Sturmgeist, Papa Roach, Wumpscut, Eisbrecher, Rammstein, Alice Cooper, Suicide Commando, Black Label Society, Welcome my son (es un tema de Pink Floyd), Marilyn Manson (Dope show y The fight song), Gothminister, Rob-Zombie, Grendel, Godkiller, Pitchshifter, Tristwood, Zaraza, Malhavoc, Counterblast, etc.

Los programas y canales que yo miro, o miraba, porque ahora no veo tanta televisión, son: Indice de maldad (Discovery, TV), House MD (Universal, TV), Discovery Channel, National Geographic Channel, History Channel, Caso abierto (TV), TN, Encuentro y Survivorman, por ahora.

Mis películas favoritas son: Todas las del juego del miedo, Mimic 1 y 2, Un día de furia, Asesinos Natos, Exterminio 1 y 2, Algunas de martes 13, Billy Eliot, La caida, Bowling for Columbine, Bang Bang Youre Dead, Ben X, Klass, Sexto Sentido, Náufrago, etc.

Y los libros que he leído son: Algunos libros del colegio, pero no creo que cuenten para mi interés personal porque me obligaron a leerlos. Los que leí por voluntad propia son: Mein Kampf, 1984, Enigma (Robert Harris), Rebelión en la granja (Orwell), Fatherland y algunos trabajos de Nietzsche. Últimamente estaba pensando en comprarme algunos de Pentti Linkola, el escritor finés.

Me suelo vestir con una chaqueta negra de cuero y una camisa gris de manga larga abajo, con una remera blanca, o de cualquier color, pantalones negros, y también, zapatillas negras. Estaba pensando también en tirarme el pelo para atrás con gel. Y suelo ir con un maletín negro con tira para el hombro (algo así como un morral)

¿Que es lo que amo/que es lo que me gusta?:

El existencialismo, auto-conciencia, la libertad, la justicia, educación, la verdad, la moral y la filosofía política, la psicología social y personal, la evolución, la ciencia, la incorrección política, armas, tiro deportivo, BDSM, ordenadores, Internet, metal industrial y electro industrial agresivo, películas violentas y para razonar, FPS-juegos de computadora, sarcasmo, ironía, humor negro, arte macabro, asesinos en masa y asesinos en serie, desastres naturales, la eugenesia, odio, rencor, ideas radicales y extremistas, regulación de la población mediante guerras, asesinatos, accidentes, terrorismo, enfermedades, suicidios, causas naturales.

¿Que es lo que odio/ que es lo que me disgusta?:

La igualdad, la tolerancia, los derechos humanos sin deberes, la corrección política, la hipocresía, la ignorancia, la esclavización de las las ideologías políticas (aunque, personalmente, los nazis y los soviéticos, tanto como los militares de acá durante la década del 76, aunque no sean soviéticos, me parecen una bola que no para de rodar arrastrando idiotas, hacia el mismo idiota de Hitler que sucumbió bajo su propia ideología o pensamiento segada/o por el fanatismo/dogmatismo, antidepresivos, fútbol, modas, dominados mentales, novelas, muchísimas series de TV y teatro, rap, hip-hop, cumbia villera, reggaeton, pop-rock, cumbieros, reggaetoneros, floggers, emos, hippies, tribus suburbanas, bullying, medios de comunicación, censura, políticos populistas, falsos discursos populistas (como intentando mostrar que les importa los pobres y los clase media, como diciendo: "los pobres al poder, o el pueblo al poder", que estúpidez), fanáticos religiosos, la mayoría moral, el totalitarismo, el autoritarismo, consumismo, la democracias bananeras u banalistas, como quiera usted llamarles, anónimo/a, y las que se basan más en las emociones de la gente que en la razón (personalmente pienso que debería haber un equilibrio entre ambas, pero tendiendo más para la razón para no perjudicar tanto al medio ambiente por querer satisfacer a las masas con fetiches innecesarios, obviamente teniendo a la gente en cuenta), las dictaduras, la juventud moderna, drogadictos, prostitutas, putas, pacifismo, banalidad, diversión las 24hs del día con todos los temas por más serios que sean y en todo lugar, falta de seriedad, pérdidas demagógicas por parte de los discursos obsoletos de la mayoría de los políticos mafiosos, la mafia estatal, los alcohólicos, los comerciales de televisión, modelos, la legalización de la marihuana y otras drogas (oye tú, estamos en Argentina, no en Países Bajos o Holanda), la raza humana, saben? Hay tantas cosas a las que odio, y que ahora en este momento no me acuerdo, en fin, conclusión de que odio más cosas de las que amo o gusto.